El estilo mediterráneo nos hace creer que vivimos en un eterno verano. Y tratar de mantener esa sensación todo el año hace que se haya puesto de moda y sea tendencia. Pero para hacerlo bien, hay que tener en cuenta que tiene unas claves muy concretas que hay que seguir.
Complementos naturales
Se trata de recuperar la esencia de la vida mediterránea tradicional y modernizarla para crear hogares sencillos, elegantes y románticos, dando importancia a la artesanía, los materiales naturales en su forma más pura y los tonos claros, frescos y cálidos. Así, uno de los imprescindibles en cuanto a complementos naturales son el mimbre, ratán, lino, yute, madera, y los encontramos en forma de cestas, lámparas, cortinas, alfombras, espejos o adornos.
Formas redondeadas
La tendencia “bold & curvy” sigue reinando (aún más) durante este año y se redefine hacia el estilo “wave”. Se caracteriza por un trazo redondeado que se hace visible tanto en gran mobiliario como en decoración. Nada de aristas, que está demostrado que se vinculan a objetos punzantes. La idea es perseguir la ola y dotar de formas orgánicas todo lo que nos rodea.
Conexión interior exterior
El exterior se presenta como una prolongación del interior, con muebles de madera y acabados cálidos, haciendo de la conexión entre ambos ambientes otra clave fundamental.
Gusto por lo artesanal
Cerámicas, trabajos en mimbre, barro, vidrio, pero también piezas recuperadas o antiguas. Se trata de apostar por elementos que cuenten una historia real.
Muebles de obra
Pocos elementos resultan tan reveladores como los muebles de obra. Otorgan mucha personalidad a los espacios y es una de las claves que se asocia al estilo mediterráneo. Construidos en cartón-yeso, pladur o escayola, se convierten en salientes que después se personalizan y acomodan a sus habitantes, bien con cojines en el caso de sofás o sillas, bien con puertas de lamas o cortinas de tela para otro tipo de mobiliario.
Paredes encaladas
Otro clásico en el estilo mediterráneo son las paredes encaladas. Nada de dejarlas perfectamente lisas, aquí se busca que se conviertan en zonas vivas, con panzas, salientes, abombamientos, todo lo que le otorgue esa estética tan artesanal.
Suelos de piedra o barro
Si bien es verdad que en ciudad se apuesta más por suelos laminados o de madera, en las viviendas de estilo mediterráneo es la piedra o el barro los protagonistas. Son de fácil limpieza y aguantan perfectamente la humedad.
Colores blancos y arenosos
Es el color por excelencia del estilo mediterráneo. Pero no solo de blanco vive el hombre. Los colores arena y terracota de las playas, el azul o el verde del mar, y pequeñas pinceladas de amarillo en honor al sol, definen esta paleta de colores.